La electricidad es una fuerza vital en nuestras vidas modernas, ya que alimenta prácticamente todo lo que utilizamos en nuestro día a día. Es por eso que es importante comprender los conceptos básicos de la electricidad, como la diferencia entre kW y kVA.
En este artículo te explicaremos la diferencia entre kW y kVA, y por qué es importante conocerlas.
¿Qué son kW y kVA?
kW es la abreviatura de kilovatios, que es una unidad de potencia. Se utiliza para medir la cantidad de energía que se consume o produce en un momento dado. Por lo general, se utiliza para medir la potencia de los equipos eléctricos, como los motores, las bombas y los generadores.
Por otro lado, kVA es la abreviatura de kilovoltiamperios, que es una unidad de potencia aparente. Se utiliza para medir la cantidad de energía que se necesita para ejecutar un equipo eléctrico en particular. Se utiliza principalmente para medir la capacidad de un transformador o un generador.
¿Cuál es la diferencia entre kW y kVA?
La principal diferencia entre kW y kVA es que kW mide la potencia real, mientras que kVA mide la potencia aparente. La potencia real, medida en kW, es la cantidad de energía que se está utilizando o produciendo en un momento dado. La potencia aparente, medida en kVA, es la cantidad de energía que se necesita para ejecutar un equipo eléctrico en particular.
Un genio pensó una vez en explicar la relación entre kW y kVA usando algo que todos entenderíamos: Una cerveza.
Imagina que estás sentado en su bar local, con un vaso de cerveza en la mano. El contenido total de tu vaso (líquido + espuma) es el kVA. Sin embargo, solo la parte líquida de tu cerveza te calma la sed, es decir, los kW. Cuanto mejor sea el barman (cuanto más eficiente sea el sistema eléctrico), más cerveza (kW) tendrás.
En otras palabras, la potencia aparente es la cantidad total de energía que un equipo eléctrico consume, incluyendo la energía que se pierde debido a la resistencia en los cables y otros componentes del sistema eléctrico. La potencia real es la cantidad de energía que se convierte en trabajo útil, como mover una máquina o producir luz.
Te proporcionamos algunos datos curiosos sobre la diferencia entre kW y kVA:
- kW es la unidad de potencia activa, mientras que kVA es la unidad de potencia aparente. La potencia activa es la energía que se convierte en trabajo, mientras que la potencia aparente es la energía total suministrada a un circuito eléctrico.
- En los circuitos eléctricos, siempre hay una pequeña cantidad de energía que se pierde debido a la resistencia del cableado y otros componentes. La potencia activa es la energía que realmente se utiliza, mientras que la potencia aparente incluye la energía perdida.
- En un sistema 100% eficiente, kW = kVA . Sin embargo, los sistemas eléctricos rara vez alcanzan el 100% de eficiencia y, por lo tanto, no toda su potencia aparente se utiliza para generar trabajo útil.
- La potencia aparente (kVA) es siempre mayor o igual a la potencia activa (kW). En un circuito con un FP de 1.0 kW y kVA son iguales. En un circuito con un FP de menos de 1.0 kVA es mayor que kW.
- Las empresas eléctricas suelen facturar a los clientes por la potencia aparente (kVA), pero solo por la potencia activa (kW) si el FP es igual o superior a un valor preestablecido. Por lo tanto, un cliente con un FP bajo puede pagar más por la energía que realmente utiliza.
¿Por qué es importante tener estos conceptos claros al comprar una planta eléctrica?
Conocer la diferencia entre kVA y kW es fundamental al momento de seleccionar un generador (planta eléctrica), ya que de ello depende que el equipo pueda suministrar la potencia necesaria para alimentar todos los dispositivos conectados, evitando sobrecargas.
En el caso de generadores trifásicos, es importante saber que de fábrica suelen estar diseñados con un factor de potencia de 0.8. Esto significa que un generador de 100 kVA entrega 80 kW de potencia activa. Sin embargo, lo ideal es conocer el factor de potencia real del sistema donde se instalará el generador.
El kVA representa la capacidad total del generador, mientras que el kW corresponde a la potencia útil que realmente se aprovecha. Si, por ejemplo, el sistema de la edificación tiene un factor de potencia de 0.9 (lo más común), esos mismos 100 kVA equivaldrán a 90 kW. Si el generador fue dimensionado para 80 kW, estará por debajo de la demanda real, lo que puede provocar sobrecarga y apagados inesperados.
Podemos concluir que, al diseñar y adquirir un generador, es indispensable conocer el factor de potencia del sistema y dimensionar el equipo en función de la potencia activa requerida, no solo de los kVA nominales. Esto asegura un funcionamiento confiable y eficiente, prolonga la vida útil del equipo y evita fallas costosas.
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